lunes, 11 de junio de 2007

RUBÉN DARÍO




Lamentación de Otoño

Como tantas cosas lejanas Que se acercan sin un rumor,
Llegaron las primeras canas Y quizas el último amor.
El amor que pasó de prisa, Y el que nunca llego
al pasar Entristecieron mi sonrisa

Igual que un ciego frente al mar.
Yo sonaba con un cariño
Que acaso tuve y se me fue
Y me eche a llorar como un niño
Que llora sin saber porque.
Hoy asoman rostros extraños
Sobriamente frente a mí;
Hoy llegan los anos huraños Diciéndome:
Estamos aquí.

Yo he de morir sonando cosas Que desee y no conseguí…
Y seguirán naciendo rosas,
Pero no serán para mí.
Yo buscaba las cosas bellas
Sin importarme en que lugar,
Y otros miraran las estrellas
Que yo no volveré a mirar.
Y nombrar lo que no se nombra
-un gran silencio y una cruz-
y penetrar en esa sombra
Yo,
que he amado tanto la luz!
Tantos suenos que ya se han ido
Y que jamas han de volver….
Empezar a morir de olvido,
Oh noche sin amanecer!
Apasionadas noches locas,
Indeciblemente sin par…
Pero otros besaran las bocas
Que yo dejare de besar!
Agridulce sabor del beso,
Áurea isla sin latitud:
Aunque solo sea por eso,
No te vayas,
Juventud!

No te vayas todavía,
Porque no me quiero quedar
Triste de ensueño y de armonía,
Igual que un ciego frente al mar!

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