El colgante de la estrella infinita
El colgante, en su cuello, brillaba como una estrella. Emitía cientos de destellos de colores nunca vistos. Tras el hermoso colgante, su dueña, radiante, sonreía a todo el que le dirigiera la mirada en aquel elegante salón. No era feliz, se le notaba en sus ojos de niña rica, ojos que emitían destellos, destellos melancólicos, tristes destellos azules que desaparecían en la noche sin que nadie lo notara.
Le gustaría estar lejos, muy lejos. Huir de la comodidad de su hogar, para enriquecer su corazón con algo más valioso que el dinero.
Ya no sonreía, en sus ojos flotaban lágrimas azules que, finalmente acabaron por sumergirse en su mejillas sonrosadas.
Salió corriendo, abandono el elegante comedor a la vez que expulsaba la brillante estrella de su cuello.
IIsa G. Llorente
domingo, 3 de junio de 2007
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